Actualmente se puede apreciar en todo el mundo representantes o seguidores de la cultura emo, una subcultura que surgió en los Estados Unidos a mediados de la década de 1980. Mucho es lo que se habla sobre este grupo hoy en día, pero mucho es también lo que se inventa. Inclusive muchos adolescentes que aseguran ser emos en realidad ni siquiera están cerca de serlo, pues la cultura emo no es únicamente estética, ella persigue una fuerte filosofía.
Esta subcultura se origina como un genero musical post-hardcore, que rápidamente debido al contenido emocional y expresivo de sus letras fue definido como emotional hardcore, y posteriormente abreviado como emo-core. Su estilo musical deriva del hardcore punk con la diferencia de ser más lento y melódico.
Los seguidores de la cultura emo rápidamente comenzaron a masificarse y a buscar su propia identidad, que los diferenciase de otras tribus urbanas con las que tenían más de un punto de contacto pero que sentían ser sustancialmente diferentes como los punks y seguidores del grunge.
Pero en la actualidad los emos se han multiplicado por millones al rededor del planeta y muchos adolescentes que ni siquiera conocen a las bandas fundadoras de esta subcultura dicen ser emos tan solo por llevar un peinado y vestirse de negro y rosa. Los emos han sido atacados en infinidad de oportunidades por diversos grupos tras ser considerados un flagelo social y muchas veces considerar que es el paso previo o una forma de esconder la homosexualidad.
En La cultura urbana emo ,la tristeza es la mejor compañera de ellos y en sus pares encuentran el amor y sentimiento de pertenencia. En la música encuentran una forma de ser, un guía que los ayuda a seguir un camino para ellos muchas veces tortuoso, donde los transeúntes los observan como extrañas anomalías.
Los emos basan su diferencia con el punk londinense simplemente en el compás de la batería, quizá allí comience la diferencia porque realmente son bastantes con los representantes del punk.
Esta subcultura se origina como un genero musical post-hardcore, que rápidamente debido al contenido emocional y expresivo de sus letras fue definido como emotional hardcore, y posteriormente abreviado como emo-core. Su estilo musical deriva del hardcore punk con la diferencia de ser más lento y melódico.
Los seguidores de la cultura emo rápidamente comenzaron a masificarse y a buscar su propia identidad, que los diferenciase de otras tribus urbanas con las que tenían más de un punto de contacto pero que sentían ser sustancialmente diferentes como los punks y seguidores del grunge.
Pero en la actualidad los emos se han multiplicado por millones al rededor del planeta y muchos adolescentes que ni siquiera conocen a las bandas fundadoras de esta subcultura dicen ser emos tan solo por llevar un peinado y vestirse de negro y rosa. Los emos han sido atacados en infinidad de oportunidades por diversos grupos tras ser considerados un flagelo social y muchas veces considerar que es el paso previo o una forma de esconder la homosexualidad.
En La cultura urbana emo ,la tristeza es la mejor compañera de ellos y en sus pares encuentran el amor y sentimiento de pertenencia. En la música encuentran una forma de ser, un guía que los ayuda a seguir un camino para ellos muchas veces tortuoso, donde los transeúntes los observan como extrañas anomalías.
Los emos basan su diferencia con el punk londinense simplemente en el compás de la batería, quizá allí comience la diferencia porque realmente son bastantes con los representantes del punk.
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